Imagino que, al principio, al solista le da más pavor enfrentarse al escenario que al resto de miembros de una banda. El solo tiene la peculiaridad de que puede poner a muchos en evidencia, de la misma manera que bordar un solo tampoco es cualquier logro. Cuando se trata de esta palabra escrita, sucede igual. El solo que equivale a sin compañía es el que nunca se tilda. El otro, el de solamente, según el contexto y el juicio de cada uno. Habrá más formas de decirlo y mientras haga falta intentaremos siempre inventar una nueva. Gracias a Gabriela Boylan, de Coatzacoalcos, Veracruz, México, que se lo encontró en la prensa.